Por qué es importante la congruencia política

agosto 31 2018 | 32 cuadro 2

Congruencia política

Primero fue el turno de escuchar las distintas ofertas políticas, después los mexicanos acudimos a las urnas a votar libremente por la opción que cada uno consideró la mejor para encabezar el gobierno, ahora es momento de que quienes tomarán las riendas del país actúen con congruencia política en su nueva encomienda y trabajen por el beneficio de toda la nación.

La transición de un gobierno a otro va más allá de reemplazar personas, se trata de poner el sello particular de quienes llegan a ocupar los distintos cargos públicos y construir el nuevo andamiaje sobre el cual se sostendrá el progreso de los mexicanos.

De las promesas a las acciones

Durante meses, quienes aspiraban a un puesto de elección popular tuvieron la oportunidad de presentar a la ciudadanía el plan con el cual iban a cambiar y mejorar las condiciones de vida para millones de personas.

Quienes fueron favorecidos por el apoyo en las urnas ahora tienen el deber de pasar de las promesas a las acciones, de dar congruencia política a sus palabras y convertirlas en hechos.

Inclusión, diálogo y negociación deben ser las condiciones bajo las cuales se conducirán los próximos representantes populares, pues la tarea que les confiamos los mexicanos así lo exige.

Vocación de servicio

Servir es hacerse útil a los demás. Quien sirve a través de la política multiplica el efecto de trabajar en favor del bien común, ya que las acciones que concreta tienen un mayor alcance y tienen la posibilidad de apoyar a quienes más vulnerables se encuentran.

Un auténtico servidor público se conduce con ética y compromiso, condiciones que también son parte de la congruencia política y de la búsqueda del mejor bien posible para la ciudadanía.

Quien desde un cargo público realiza un buen trabajo recibe la enorme recompensa del deber cumplido, es decir, ver que sus esfuerzos valieron la pena porque dieron o están dando fruto al lograr que las personas tengan un mejor nivel de vida.

Pero, así como ocupar un puesto público es un gran privilegio, existen muchas trampas y tentaciones para quienes ostentan un cargo en el gobierno. Todo político debe cuidar su integridad y no olvidar su principal objetivo: servir a la ciudadanía y no al revés.

Carlos Abascal ejemplo de congruencia política

Durante muchos años, en México y el mundo hemos conocido escándalos y situaciones turbias en las que están involucrados servidores públicos, quienes en lugar de multiplicar los bienes que le fueron confiados por la población, se han valido de estos y los han malversado.

Frente a esta realidad cabría preguntarse: ¿es posible que los funcionarios públicos actúen con congruencia política y den su mejor esfuerzo para cumplir con sus promesas de campaña?

La respuesta es sí, es posible que en la clase gobernante tengamos buenos servidores públicos.

Un personaje que desde las altas esferas del poder actuó con plena congruencia política, es sin duda don Carlos Abascal, quien tanto al frente de la Secretaría del Trabajo (2000 – 2005) como de la Secretaría de Gobernación (2005 – 2006) se desempeñó ejemplarmente, caracterizándose por su espíritu de servicio a la nación, fomentando la cultura del encuentro entre quienes incluso eran personajes políticos antagónicos, y actuando en todo momento con responsabilidad gubernamental.

La congruencia política con la que se condujo siempre en estos encargos públicos, así como a lo largo de su vida profesional en la Iniciativa Privada, se debieron en gran parte a que los valores humanos eran su guía y su mejor parámetro para saber si iba por el camino correcto.

El legado de don Carlos Abascal es un referente obligado de un buen servidor público, el cual no debe pasar inadvertido para los políticos de hoy en día, pues ahora les toca a ellos elegir la clase de funcionarios que quieren llegar a ser: los que están al servicio de los mexicanos o los que se sirven de los mismos.

Sin duda, los ciudadanos esperamos que en congruencia política opten por la primera y desde su puesto se conviertan en constructores del bien común.