Rescatar el Humanismo en la Globalización

abril 13 2017 | Pensamiento humanista

Académicos han denominado la época actual como “la era del vacío”, un concepto que hace referencia a la carencia de sentido del ser y el hacer. Pareciera que la sociedad está desencantada de la realidad que se vive actualmente.

Ante este panorama, lo mejor es revisar el camino que ha construido la humanidad y redescubrir cuál es nuestra razón de ser en este mundo. Es decir, debemos hallar la forma de hacer más humano este mundo globalizado.

Humanismo

El Humanismo es una corriente intelectual originada en la época renacentista (Siglo XV). Surge como respuesta a los paradigmas del periodo medieval, por lo que buscó enfatizar el valor del hombre y la naturaleza, en lugar de lo divino.

Su origen se dio en Italia y dos de sus principales exponentes son Erasmo de Rotterdam y Francesco Petrarca. El hombre se consideró el centro del universo, lo que permitió un mayor fomento de la ciencia e impulsó la investigación y generación de conocimiento.

Algunas de sus características son:

  • Mayor libertad de pensamiento
  • Eliminación del dogma como única explicación de las cosas
  • Especial cuidado e interés en la naturaleza
  • Impulso a la ciencia en distintas ramas
  • Fomento de una cultura crítica, de análisis e interpretación

Globalización

Se conoce como Globalización al fenómeno de interconexión mundial que derivó en alianzas económicas, políticas, sociales y culturales entre países. Tuvo su auge en los años noventa, y surgió gracias a los avances tecnológicos y la expansión del comercio, entre otras cosas.

Uno de los pilares del discurso de la Globalización es el esfuerzo constante por brindar igualdad de oportunidades a todos los países del mundo.

Su convergencia

Algunos autores consideran que los intereses económicos que rigen a la sociedad actual se oponen totalmente a las ideas del movimiento humanista. Tanto así, que se ha llegado a plantear la necesidad de un cambio de paradigma económico para rescatar esos ideales.

Se menciona que las relaciones en el mundo moderno son cada vez más impersonales. Al privilegiar el factor económico, se ha generado un sentimiento de individualismo donde las relaciones afectivas se deforman y se pierde sentido de lo ético y lo moral.

Por otro lado, el avance científico y tecnológico favorecido por el sector privado ha permitido la realización de proyectos sociales cuyo impacto ha sido mundial. También existen convenios orientados a mejorar las condiciones que afectan a cada país en particular.

En realidad, los objetivos de cada periodo son similares. El Humanismo y la Globalización tienen metas en común que buscan atender a través de diferentes vías. Quizá haga falta detenerse a reflexionar sobre nuestros objetivos y lo que estamos haciendo para conseguirlos.

El conflicto no radica en el paradigma, sino en la forma en la que lo llevamos a la práctica. Por eso es necesario no perder de vista la memoria histórica y la teoría clásica que nos ayudan a entender nuestro comportamiento.

El progreso del hombre se construye de la existencia de dicotomías como ética y ciencia, modernización y conservadurismo, humanismo y globalización.