Tensión diplomática entre México y Estados Unidos
septiembre 23 2020 | 32 cuadro 2
Versión del mensaje inicial del Secretario de Gobernación, Carlos María Abascal Carranza, y el Secretario de Seguridad Pública Federal, Eduardo Medina Mora Icaza, durante la conferencia de prensa realizada en el marco de la visita de trabajo a la frontera Matamoros-Brownsville.
Brownsville, 03 de marzo de 2006
El 2017 ha sido un año difícil para la relación entre México y Estados Unidos, debido a las condiciones poco equitativas que el Presidente Donald Trump promovió desde su campaña electoral.
La idea de colocar un muro fronterizo entre ambos países, así como la ola de deportaciones durante los primeros meses a cargo del mandatario norteamericano, demuestran una postura unilateral en la que, claramente, México juega un papel poco propositivo.
Esta nueva estrategia planteada por Donald Trump rompe con los esquemas que ambas naciones habían mantenido años atrás, donde se reconocía “que la seguridad y la migración son fenómenos compartidos y que, indudablemente, es la cooperación la que nos va a permitir ir resolviendo estos temas para bien de nuestros dos pueblos”.
Esta idea la reafirmó don Carlos Abascal, ex Secretario de Gobernación, durante su discurso en Brownsville, lugar en el que se celebró una unión entre México y Estados Unidos para combatir la inseguridad que se vivía en la frontera.
En esa conferencia, ambos gobiernos externaron la total disposición de trabajar en conjunto, con el fin de brindar a los ciudadanos mayor seguridad y prosperidad, es decir, se apostaba por un proyecto a largo plazo donde:
“La regla del juego (…) es que no se trata de contención de los problemas, se trata de solución a los problemas mediante la negociación a partir de la responsabilidad compartida”.
Desde ese entonces, se comprendía que la forma más adecuada de desarrollar mecanismos para la erradicación de problemas en la frontera, y cualquier otro asunto entre ambas naciones, era la unión de fuerzas, así como el pleno respeto a la autoridad de ambos países.
“La cooperación es un instrumento fundamental en materia de seguridad y justicia, a partir de la premisa de la responsabilidad compartida, sin afectar, en lo más mínimo, el tema de la soberanía respectiva”.
En ocasiones anteriores, la historia nos ha demostrado que el trabajo en equipo es la mejor manera de resolver conflictos que afectan a más de una nación, por lo que la posición unilateral del Presidente Trump generó descontento y ha puesto en duda el futuro de la relación entre México y Estados Unidos.
Las próximas negociaciones del Tratado de Libre Comercio, así como el futuro de los mexicanos que radican en Norteamérica serán fundamentales para definir el trato con el país vecino.
Para ello es importante que tanto mexicanos como estadounidenses estemos conscientes que, el propósito de insistir en el mantenimiento de una buena relación diplomática es “crear mecanismos de reacción inmediata para prevenir, perseguir y castigar cualquier ilícito que afecte a ambas naciones”.
Esto sólo se logra con una cooperación permanente e igualitaria, que priorice las necesidades de los ciudadanos más allá de ideologías con las que simpatizan unos cuantos. Un verdadero cambio radica en la actitud de servicio en pro de la sociedad.
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